Con estos mimbres se llegó al esperado día y la cosa ya empezó mal, al no haberse previsto más que una puerta de entrada para el reconocimiento y acreditación de su calidad de socio con derecho a voto de todos y cada uno de los asistentes, totalmente necesarios por otra parte. Esto provocó colas interminables y que el comienzo de la asamblea se retrasara más de 25 minutos con respecto al horario previsto en segunda convocatoria -20:30 horas-.
Continuó peor ya que apenas empezado el discurso de Nacho de Fuentes en el que realizó un balance de sus 100 días al frente del club, un grupo de los más fervientes seguidores de Villegas hicieron patentes sus ganas de gresca y vieron cómo se les llamaba la atención pidiendo respeto desde la mesa de oradores, algo que se repitió en varias ocasiones a lo largo de la 'velada'. Cierto es que en este punto habría que recordar que otro socio también les increpó tanto a ellos como a Alberto Villegas sin necesidad alguna y a él no se le reprendió.
Una vez que De Fuentes finalizó su alocución, muy dura en todas sus referencias a la anterior directiva, a la que culpó íntegramente de la actual coyuntura económica del club, cosa en la que la práctica totalidad de los 623 asistentes coincidió -quizá en lo único en lo que lo hicieron-, se votaron los precios correspondientes a los carnets de abonado -que no de socio- para la segunda vuelta, siendo aprobados mayoritariamente. Y seguidamente le tocó exponer el trabajo realizado en la revisión de cuentas a Gustavo Vallejo, quien para aquellos que no le conozcan es un reputadísimo contable a nivel regional además de socio del Palencia desde hace muchos años y que aceptó realizar esta revisión de cuentas aún a sabiendas de que posiblemente no cobraría sus honorarios o, en el caso de que lo haga, tarde, mal y nunca, como dice el refrán castellano.
Vallejo explicó a 'grosso modo' cómo se llegó a la conclusión de que entre la deuda aprobada por la asamblea del pasado mes de junio con Villegas como presidente -181.249 euros- y la real -643.705 euros- exista una diferencia de 462.455 euros y acreditó la falta de asiento y seguimiento contable del club, además de advertir que Hacienda está investigando el porqué no se ha declarado el IVA desde el tercer trimestre del año 2006 y que a las cantidades que esto siginifique habrá que sumar los recargos por cometer esa grave irregularidad.
A pesar de las críticas que el auditor recibió, llegándose incluso a cuestionar la cifra expuesta, lo que es lo mismo que cuestionar su profesionalidad -algo que nada ni nadie puede ni debe poner en duda-, la gran mayoría de los presentes dio por buenas sus explicaciones y decidió instar a la directiva para que pusiera los resultados en manos de la Justicia y esta determine y depure las presuntas responsabilidades a las que tenga que hacer frente la antigua directiva. Más allá de que esta decisión fue casi unánime y que, a título personal me parece lo más adecuado, también hay que decir que los datos no fueron facilitados a los socios para que estos pudieran estudiarlos y tomar una decisión fundamentada y que esta votación no figuraba en el orden del día y, por tanto, no debería haberse llevado a cabo.
Y para terminar de arreglarlo, el sistema de votación pasó a mitad de la misma del tradicional 'mano alzada' a la entrega en la propia mesa de la directiva de una de las dos cartulinas -roja para la 'derrama' o amarilla para la SAD- con lo que el revuelo y desbarajuste creado fue maýusculo. Cartulinas que volaban, algunos que llevaban varias en la mano, gente que dejó la suya sin tener derecho a hacerlo, y muchos pero que muchos socios que mostraron su total contrariedad ante lo ocurrido, cosa lógica y normal, mostrándola de variadas formas entre las que me gustaría destacar la rotura de carnets de socio en la cara del presidente. Significativo cuando menos.
El resultado de todo esto, 167 papeletas amarillas y 34 rojas de los 623 que acudieron al Marta Domínguez, por lo que en teoría se aceptaba la conversión en SAD.
Las conclusiones que a mí me surgen de todo esto son en primer lugar que desde el primer momento la directiva actual se vio superada por la situación. En segundo que no se fue todo lo claro que se debe con el socio por lo que la 'decisión final' fue una encerrona en toda regla. En tercero que con los resultados de dicha votación no se tiene la legitimidad suficiente como para poder convertir el club en una SAD -recordemos que sólo se mostraron a favor 167 de los 3.462 socios que tiene la entidad-. En cuarto que, con sus actuaciones, la directiva de Nacho de Fuentes ha hecho quedar a Alberto Villegas y sus adláteres como mártires cuando, tal y como demostró la revisión de cuentas, son los principales culpables de esta situación de quiebra por una mala gestión de la economía morada. Y en quinto y último que la impugnación de la asamblea, totalmente lícita, no puede tapar la necesidad imperiosa que el club tiene por conseguir poner cerco a la deuda ya que de lo contrario es posible que nos quedemos sin él.
El siguiente paso, en mi humilde opinión no puede ser otro que celebrar una nueva asamblea por decisión de la directiva, para evitar el farragoso proceso de la impugnación, en la que sólo figure un punto en el orden del día: la votación para adoptar la solución del futuro del club. Y en ella establecer cuatro urnas, cada una correspondiente a las cuatro soluciones presentadas y dejar de verdad que sean los socios los que decidan cuál es la línea a seguir. Así no habría problemas, malos entendidos y se pondrían los medios para cerrar la tremenda fractura social que existe ahora mismo entre la masa del Palencia.
Veremos en qué queda todo esto, me temo que tenemos culebrón para rato.